18 de   Noviembre de 2008
La libertad de los Cinco,   depende de nosotros 
  PADRE MICHAEL LAPSLEY*
    Por quinta vez he tenido el privilegio de visitar a Gerardo Hernández en   la Penitenciaria Federal de Victorville, California, a dos horas de Los   Ángeles. Fue el lunes 3 de noviembre, el día antes de las elecciones en   Estados Unidos. Gerardo está cumpliendo una sentencia doble de cadena   perpetua (más 15 años).
      
En   la nota que envía Gerardo junto con las fotos tomadas durante la visita   expresa que el Padre Lapsley es una víctima del terrorismo. 
    Aunque es una prisión de nuevo tipo, es difícil imaginar un lugar más   inhóspito. La única cosa que faltaba era una señal diciendo, "rendida la   esperanza de todo el que entre aquí".
  Gerardo, tiene ahora 43, daba largos pasos en la sala de espera con una   sonrisa radiante y confianza natural.
  Traje conmigo saludos solidarios de todo el movimiento de solidaridad con   Cuba en Sudáfrica.
  Estaba muy contento de encontrarme con Gerardo una vez más. Ha pasado   casi un año desde mi última visita. Al mismo tiempo, me sentí triste, otra   visita significaba que él había tenido que soportar otro año de injusticia.   Preso por ayudar a prevenir el terrorismo contra su patria.
  Había muchas cosas de qué hablar —lo último de su casa— Cuba, Sudáfrica,   Estados Unidos, nuestras familias, el movimiento de solidaridad. Las tres   horas se fueron corriendo.
  Gerardo recibe cartas todos los días de todo el mundo. Contesta al menos   10 diariamente. Algunas veces las autoridades de la prisión pueden tomarse   hasta tres meses para entregarles las cartas destinadas a él.
  Indudablemente, la mayor pena de Gerardo, es que al amor de su vida,   Adriana, su esposa, le ha sido rechazado el permiso para reunirse con él en   los últimos 10 años. Tal crueldad es contraria al derecho internacional y   refleja miserablemente a Estados Unidos.
  Hablamos acerca de las elecciones en EE.UU., de cómo muchos de los   prisioneros apoyaban a Obama, excepto un pequeño grupo de racistas. 
  Por otra parte, ha sido un año sombrío para los Cinco. Su última   apelación fracasó. El próximo paso será apelar a la Corte Suprema, la cual   solo escucha una pequeña proporción de los casos que le son sometidos. No   obstante el apoyo a los Cinco continúa creciendo a pasos agigantados en el   mundo.
  Después del último revés, Gerardo escribió acerca de cómo el Sistema   Legal de Estados Unidos ha fallado sistemáticamente en hacer justicia a los   Cinco.
  Gerardo permanece completamente firme en su compromiso con la Revolución   cubana y con su patria. Conoce que su causa es justa. Conoce que un día se   reunirá con Adriana y caminará por las calles de La Hababa como un hombre   libre.
  Las esperanzas de Gerardo están en ti, en mí, en el pueblo cubano y el   movimiento de solidaridad mundial. Nuestra tarea por los Cinco es la misma,   organizarnos y ganar la libertad para los Cinco.
  Debemos también unirnos a la demanda humanitaria mundial para que Adriana   y la esposa de René González, Olga, puedan visitar a sus esposos en prisión.   La libertad de los Cinco, depende de nosotros.
  (Fragmentos del artículo del Padre Lapsley sobre la visita a Gerardo)
  *Presidente de la Asociación de Amistad con Cuba (FOCUS) en Cape Town,   Sudáfrica.