viernes, junio 01, 2012

Un disco volador en La Habana

El cubano es un jodedor por naturaleza y no vale que le ponga otro nombre. Si digo bromista no estoy hablando de un cubano. Pero lo que les traigo es verdad, naita de na, (como decía el personaje de Yoli en La Descarga, el programa sabatino de la televisión cubana antes de la novela brasileña Passione)

Y los . . . casi veinte mil curiosos, estuvieron como cuando yo estaba en el pre universitario que  empezamos a bonchar con sobre los profesores a la hora de dormir y los profesores de guardia sacaron a dos culpables, porque alguien dijo mirtica, entonces el profesor de guardia llamó a Mirta que tenía llamada urgente por teléfono y cuando todos se reunieron alrededor del profesor de guardia el dijo - ajá, así los quería coger, ustedes eran las que estaban con la bromita cortandole leva a los profesores, poniendo motes y despiertas después de la hora de dormir - resulta que por arte de magia todas desaparecieron con la misma rapidéz con que habían ido a saber de la llamada. Solo quedaron al lado del profesor las Mirthas asustadas con la llamada y porque no había más remedio.

El caso es que al día siguiente, las Mirthas no habían dicho nombre pero los profesores en el comedor, durante el desayuno de la beca, bonchaban con bromas y nombretes que no habíamos dicho nosotras, por lo que alguien dijoq ue no nos preocupáramos que como mentían y habían cogido la broma como pretexto, no nos podían culpar. Así que quedamos exhoneradas del castigo.

Pero no les iba a hablar del tema, les iba a presentar esta "bromita" de alcance mediático y rimbombancia.  .  .


Grandes momentos del fotorreportaje cubano
La broma más colosal de nuestra historia  
Jorge Oller Oller
Aquel martes 28 de diciembre de 1954, La Habana amaneció tranquila a pesar del imperante clima rebelde contra la tiranía de Fulgencio Batista. Sin embargo, en la confluencia de las avenidas de Rancho Boyeros y Vía Blanca, precisamente en los terrenos donde construían la Ciudad Deportiva, llegaban hombres, mujeres y niños de todas partes de la ciudad. Poco después estaba obstruido el tráfico, los  chóferes y pasajeros abandonaban los vehículos en que viajaban y se unían a los curiosos que a distancia, miraban un extraño objeto que parecía ser un disco volador, que eran muy “vistos” en el cielo, pero ninguno había descendido aún a tierra. Este parecía ser el primero.  más . . .

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